Esta vez la Unidad Malvasía no acampará sola
Una mañana en la que el frío y el sueño matinal se apoderaban de nuestros cuerpos, la Unidad Malvasía comenzaba su camino a lo que sería una acampada llena de recuerdos por parte de nuestros scouters, grandes historias y reflexiones para el divertimento y aprendizaje propio.
La Unidad Malvasía se encuentra con más gente.
A lo largo del camino, que antiguamente nuestros antepasados atravesaban con cautela e inseguridad por los múltiples ataques de bandidos, hoy nosotros los cruzamos con convicción y certeza contemplando numerosos árboles (como el alcornoque, la encina, el acebuche o el lentisco) característicos del bosque mediterráneo.
Una vez que ya hemos concluido el camino acampamos en un terreno virgen y sin construir de la sierra que pertenecía a un “Viejo Lobo” llamado Pepe, que con gran generosidad nos cedió el terreno para acampar durante el fin de semana, y se nos viene una cita del Jefe Seattle a la cabeza:
«¿Cómo se puede comprar o vender el cielo o el calor de la tierra?» Esa es para nosotros una idea extraña.»
En este lugar después de unas horas construyendo y realizando actividades llegó la Unidad Duwamish del Brownsea a la que acogimos con los brazos abiertos y con la que realizamos algunas actividades de reflexión.
Al día siguiente nos despertamos con la cálida brisa de la mañana y con los rayos de sol que atravesaban las hojas de las copas de los pinos. Antecediendo a la comida realizamos una actividad que consistía en mirarnos a los ojos y proyectar lo que habíamos ido meditado durante ese periodo de tiempo…
Pero como decía el proverbio creado por Herman Melville: «Los ojos son la ventana del alma»; por eso esta actividad fue tan intensa y emocionante para muchos de nosotros. Al tiempo recogimos, nos despedimos de la Unidad Duwamish y nos volvimos desandando el mismo camino que hicimos el día anterior mientras resuenan en nuestras mentes palabras tales como… lealtad, equipo, abnegación, pureza, servicio…. y también viejas palabras indias que como un legado ancestral zumban en nuestros oídos..